lunes, julio 1

«No era un niño normal, no hacía más que andar en moto»

Luce una sonrisa traviesa mientras cruza el umbral de la hospitalidad GasGas Factory Racing Tech3. Llega cinco minutos tarde a la cita con ABC, pero pide con esa gracia suya, tan murciana, que no le tengan en cuenta. A sus 19 años está siendo la revelación del Mundial en su primer año en MotoGP. Carrera meteórica en la que ya suma dos Mundiales, uno en Moto3 (2021), año de su debut, y otro en Moto2 (2022), que le ha catapultado a la categoría reina, donde hasta su caída en Le Mans tenía puntuado en todas las carreras, además de tres podios (tercero en Portimao, segundo en Austin y segundo en el sprint de Jerez). Es el aire fresco que necesitaba en MotoGP, donde ya se le compara con Marc Márquez.

—Llegas a Montmeló tras la caída de Le Mans. ¿Cómo afrontas la carrera?

—De cero otra vez. Le Mans fue el primer fin de semana en el que fuimos consistentemente competitivos. Estuvimos entre los 6 primeros todas las sesiones.

—Sexto en el Mundial, con varios podios. ¿Esperabas este comienzo que estás teniendo?

—Ni yo me lo esperaba ni nadie lo esperaba dentro de la fábrica. Hay que seguir poco a poco, estamos evolucionando bien, dando los pequeños pasos que tenemos que dar en los momentos adecuados. Poco a poco nos vamos acercando a los más rápidos.

—¿Ser considerado uno de los favoritos es triste o halagador?

—Creo que aquí todos juegan un juego psicológico… Al final sabemos el trabajo que estamos haciendo, el camino que estamos tomando y los avances que estamos logrando. Ahora mismo, para ninguno de nosotros en el equipo es un objetivo o un planteamiento realista. Pero lo veremos dentro de diez carreras.

—Pero viendo tu progresión, ¿te consideras uno de los candidatos?

—Al final creo que si tiene que ser será y si no, no… Estamos dando los pasos correctos. Si no llega, será un año más.

—¿Estás cansado de que te comparen continuamente con Marc Márquez?

—A Marc Márquez hay que compararlo conmigo (risas).

—Primera KTM en la clasificación. ¿Miller y Binder te dan consejos o ya te miran raro?

—Nunca me dieron ningún consejo… Pero bueno, están evolucionando la moto, es un trabajo que me quito de encima y de momento siguen siendo los pilotos más rápidos de la fábrica, aunque yo esté por delante.

—Aunque esté siempre rodeado de mucha gente, ¿puede un piloto sentirse solo?

—Por supuesto que puedes sentirte solo. Se gana con todos y se pierde solo, porque te encierras en la cabeza. Así de claro por mucho que digamos que esto es un equipo. Las carreras son así y eso es lo que siempre he aprendido. No es nada nuevo.

—¿Y cómo se supera?

—Nunca me he sentido solo… Hasta ahora las cosas me han ido bien… Veremos cómo avanzamos cuando las cosas vayan mal.

—¿Quién te ayuda a superar los errores profesionales?

—Soy un chico atractivo. Necesito ese día para pensar en mis cosas y luego… La única manera de olvidar estas cosas es entrenando. Por eso, después de la caída del lunes en Le Mans, me fui a casa. Fue un día largo e intenso. A partir de entonces entrené todos los días. La mente ocupada no tiene tiempo para pensar.

—¿Pedro Acosta sueña con motos?

—Pedro Acosta vive con motos.

—¿Y tú con qué sueñas?

—En todo y para todo.

—¿Cuánta presión hay en GP respecto a Moto2?

-Lo mismo. Cuando entré al Mundial y tenía 16 años, me pusieron cámaras detrás. El primer año de Mopto2 la prensa me echó del Mundial, el año pasado se hablaba de si iba a subir a MotoGP o no y este año se habla de ello porque vamos bastante bien. Es la misma presión de siempre. Después de cuatro años de vivir con esta presión todos los días, eventualmente te acostumbras.

—¿Y es ponible?

—Todo deporte de alto nivel no es saludable, pero tiene algo que nos engancha, sino no lo haríamos. Llega un momento en el que aprendes a reírte de esa presión y aprendes a reírte de la vida en general. Ahora mismo lo estoy pasando muy bien, lo estamos gestionando de la mejor manera posible y vamos a intentar seguir así.

—¿Quién es Pedro Acosta sin la moto?

-Nadie. Pedro Acosta sin la moto no es nada.

—¿Será algo?

-No. Llevo en moto desde los cinco años y no he hecho nada más. Dejé el colegio para poder andar en moto, para venir al Mundial. No tuve la infancia de todos los niños porque quería correr en moto. Un niño normal, de 15 años, sale de fiesta. No salí hasta los 18 años. Un niño normal va al parque con sus compañeros, yo fui con mis compañeros a andar en moto. No he tenido una infancia normal, pero he tenido una infancia feliz.

—¿Y compensa?

—Recompensa mucho, claro que compensa. Hay que ser realista, vale la pena si sale bien.

—¿Lo repetirías?

—Sí, con los ojos cerrados.

—¿Y no te molestó dejar tus estudios?

—Nunca he sido un tipo muy estudiante, ni de los que se apoyaba en los codos y se notaba. El año que decidí dejar el colegio, mi madre me dijo: “Vas a estudiar y cuando me presentes un contrato para ir al Mundial, entonces te irás”. Ese año, que fue el año del Covid, lo dejé para ir al Mundial. No se trata de dejar las cosas por dejarlas, sino de dejarlas cuando hay un motivo o una necesidad. No iba a poder estudiar compitiendo en veinte carreras en el Mundial.

—¿Estás más metido con las motos?

—Jorge Lorenzo dijo el otro día una frase muy buena: “La fama y el dinero te hacen más guapo”. Y tiene razón. Tuve novia el primer año del Mundial y todavía estoy con ella allí, así que no lo sé.

—Hasta ahora todo ha ido muy bien. ¿Está preparado para que las cosas no salgan algún día?

—Nadie está preparado para eso, pero si sucede lo intentaremos. Después de haberme conquistado el mundo en 2021, no estaba preparado para darme la mierda que me di en 2022 y seguimos adelante…

Una vida muy hogareña.

—Él vivía en Andorra…

-No no. Fui a probarlo y volví al tercer día. Las montañas me comieron. Todavía vivo con mis padres.

—¿Y en casa es uno más? ¿Está hecha la cama?

—Hay días que me acuesto y otros que no, porque me levanto con el tiempo justo (risas). Soy uno más en casa, tengo el círculo que he tenido toda mi vida, una rutina… Voy al gimnasio y entreno por las mañanas todos los días, voy a comer al mismo bar todos los días…

—¿Ves muchas carreras o prefieres películas y series?

—No tengo Netflix, no tengo nada. Sólo veo carreras.

—¿A qué le tiene miedo Pedro Acosta en la vida?

—No para vivirlo.

—¿En qué se gasta el dinero?

-Entrenando. No tengo caprichos.

—Tendrás mucho dinero entonces…

—Con el primer sueldo que gané en el Mundial me compré una camioneta. La semana pasada compré dos estanterías para el garaje… El único capricho que puedo tener es hacer un almacén, como un taller porque el garaje que tenemos es muy pequeño. Pero todo lo relacionado con motos. No me gusta salir a cenar, no me gusta ir al cine… Me gustan las motos y gasto dinero en motos o cosas relacionadas con las motos.

—¿Es fácil vivir en Mazarrón?

—Es lo más fácil del mundo. Es un pueblo pequeño, me conocen de toda la vida, la gente del pueblo es la que más te protege y, digámoslo claro, la que menos molestias causan.

—Aleix Espargaró ha anunciado que se retira…

—Está en el mejor momento de su carrera. Es el claro ejemplo de que esforzándose cada día se llega porque, la verdad, Aleix Espargaró no ha sido el chico con más talento que ha pasado por MotoGP, como podría serlo Marc Márquez, pero lo ha demostrado creyendo en los proyectos. en el que ha estado llegas a los lugares. No hay imagen más clara de superación y resiliencia que la de Aleix Espargaró.